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Síntomas y diagnóstico

El principal signo de la Miastenia Gravis es una debilidad muscular fluctuante. Esto significa que los músculos se debilitan más con la actividad y tienden a mejorar con el descanso. Esta característica puede variar a lo largo del día e incluso de un día a otro.

La debilidad puede afectar a cualquier músculo que controlemos de forma voluntaria, y dependiendo de cuáles se vean comprometidos, los síntomas pueden incluir:

  • Síntomas oculares: Es común notar una caída de los párpados (que a menudo afecta más a un lado que al otro) o visión doble, especialmente al final del día.
  • Síntomas bulbares: Puede haber dificultad para hablar claramente, masticar o tragar, y la voz puede sonar más débil o apagada (hipofonía).
  • Debilidad facial: Algunas personas notan que les cuesta sonreír, hacer gestos o cerrar completamente los ojos.
  • Debilidad en brazos o piernas: En particular, los músculos cercanos a los hombros y caderas pueden verse afectados, dificultando tareas como levantar objetos o subir escaleras.
  • Debilidad en el cuello: Puede sentirse como si la cabeza pesara más de lo habitual, dificultando mantenerla erguida.
  • Debilidad respiratoria: En los casos más graves, los músculos que controlan la respiración pueden verse afectados, lo que puede provocar dificultad para respirar o una tos menos eficaz.

Aunque estos síntomas pueden parecer preocupantes, cada persona con MG es única. Los tratamientos actuales pueden ayudar a controlar muchos de ellos y mejorar significativamente la calidad de vida. ¿El descanso? ¡Es el mejor aliado para recuperar fuerzas!


El diagnóstico de la Miastenia Gravis (MG) comienza con algo muy importante: escuchar al paciente. Durante la consulta neurológica, se presta especial atención a los síntomas que describe la persona, como la debilidad muscular fluctuante, y se realiza una exploración detallada para comprobar la fatigabilidad muscular.

Además de esta primera valoración, hay varias pruebas que ayudan al médico a confirmar el diagnóstico o a diferenciar la MG de otras enfermedades con síntomas similares.

Pruebas comunes durante la consulta neurológica:

  • Test del hielo: Es un procedimiento sencillo y no invasivo. Se aplica frío (con una bolsa de hielo, por ejemplo) sobre un músculo débil, como el párpado caído, durante 2 minutos. En personas con MG, este frío puede mejorar temporalmente la fuerza muscular.
  • Test de edrofonio: Se administra un medicamento que mejora la señal entre los nervios y los músculos al aumentar la disponibilidad de acetilcolina. Si el paciente presenta una mejora transitoria en la fuerza muscular, es un indicio claro de MG. Durante esta prueba, se monitoriza el corazón, ya que puede haber efectos secundarios como una disminución del ritmo cardíaco.

Pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico:

  1. Análisis de sangre: Se buscan anticuerpos específicos relacionados con la MG, como los anti-AChR, MUSK, o LRP4. También se evalúan las hormonas tiroideas, ya que pueden estar relacionadas con problemas autoinmunes.
  2. Electromiografía (EMG): Este estudio mide la actividad eléctrica de los músculos.
    • EMG con estimulación repetitiva: Se utiliza para detectar una respuesta muscular anómala, algo común en el 75% de los casos de MG generalizada y menos frecuente en la MG ocular.
    • EMG de fibra única: Es más sensible y se realiza si la estimulación repetitiva no arroja resultados claros.
  3. TAC de tórax: Dado que la MG está asociada con problemas en el timo (como hiperplasia o timomas), esta prueba es esencial para descartar alteraciones en esta glándula.

Datos importantes:

  • La detección de anticuerpos anti-LRP4 se realiza solo en laboratorios especializados, por lo que no siempre está disponible de manera rutinaria.
  • Cada paso en el proceso diagnóstico está diseñado para confirmar la MG y diferenciarla de otras condiciones que pueden parecerse, garantizando así un tratamiento adecuado.

Con estas herramientas, el diagnóstico de MG se vuelve mucho más preciso, y esto marca el inicio de un plan de tratamiento eficaz y personalizado para cada paciente.

La historia clínica y la exploración neurológica , que debe incluir la realización de pruebas de fatigabilidad, los estudios electrofisiológicos (E.M.G) e inmunológicos (determinación de anticuerpos). No solamente los receptores de la acetilcolina (anti-AchR) sino anti-músculo estriado;… Musk, RLP4 (H-98), etc. Su estudio es básico para llegar a un diagnostico